Las autoridades de Armenia perdonan a Turquía ante el impulso pacifista de Obama


El pasado viernes, 9 de octubre, el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue condecorado por su labor de pacifista con la concesión del Premio Nobel de la Paz. Un día después, el 10 de octubre, en la ciudad de Zúrich (Suiza) y bajo la atenta mirada de la Secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, Turquía y Armenia acercaron posiciones a través de un acuerdo para la normalización de sus relaciones tras un siglo de hostilidades.


Barack Obama es en la actualidad el cuarto presidente de Estados Unidos galardonado con un premio de estas dimensiones. El primero fue Roosevelt, considerado uno de los padres del imperialismo estadounidense, premiado en 1906 por su mediación en el conflicto entre Rusia y Japón. El segundo presidente fue Woodrow Wilson, distinguido con el Premio Nobel de la Paz en 1919 como reconocimiento internacional por su aportación a la creación de la Sociedad de Naciones y "por la promoción de la paz tras la I Guerra Mundial".

La concesión de este premio -como reforzamiento internacional a un símbolo de esperanza- se ha producido tan sólo nueve meses después de que el Presidente ganara las elecciones. El comité noruego adjudicatario de este galardón ha explicado que su decisión constituye "un respaldo a lo que Obama ha defendido y al proceso positivo que ha puesto en marcha". Por su parte, Obama ha aceptado públicamente el Nobel de la Paz con alegría, sorpresa y humildad como "una llamada a la acción" y ha declarado que "siente que no merece estar en compañía de tantas figuras transformadores que han sido honradas con este premio".

Una concesión controvertida

La decisión del comité noruego no ha sido bien acogida por toda la comunidad internacional. El objetivo de la concesión es premiar el esfuerzo por implantar la paz, acabar con los conflictos internacionales y hacer del mundo un sitio mejor. Roosevelt y Wilson no eran precisamente pacifistas. El primero de ellos acusó sin pruebas a España de volar el acorazado "Maine", lo que desencadenó la Guerra de Cuba de 1898. En cuanto a la concesión del premio al presidente Wilson, el Comité de los Nobel pasó por alto su política intervencionista en Latinoamérica, sus órdenes de invadir México en 1914, Haití en 1915 y la República Dominicana en 1916.

Obama, sin embargo, deberá cosechar los frutos de sus políticas para contrarrestar el descenso de su popularidad. El desarme nuclear, el cambio climático, la lucha contra el crimen organizado, la intervención en los conflictos internacionales... son asuntos que siempre han figurado en sus discursos. Antes de su designación como Presidente, prometió a los armenios reconocer el genocidio si conseguía acceder a la Casa Blanca. Sin embargo, sus mítines no se corresponden con la realidad.

Las declaraciones del Presidente en el conflicto Turquía Armenia

El pasado miércoles, 7 de octubre, Obama prometió apoyar el proceso negociador de los dos estados. Estados Unidos ha declarado que los acuerdos firmados en Zúrich el pasado sábado son "históricos" y constituyen una superación de décadas de hostilidad. Fuentes oficiales aseguran que el Presidente de norteamericano se ha mostrado "muy entusiasmado" por el acuerdo, que han calificado como un "gran paso adelante".

El reconocimiento a su acción pacifista deja de tener sentido ante la indignación de la población armenia con la actuación de sus autoridades. El gobierno de Armenia, con la intención de acercar posiciones, ha perdonado tácitamente a las autoridades turcas ante el genocidio que llevaron a cabo en el otoño de 1915.

Un genocidio no reconocido

El 24 de abril de 1915 se inició lo que posteriormente llevaría a décadas de enfrentamientos. Las muertes producidas se estiman entre 650.000 y un millón y medio de personas. Las víctimas armenias prosiguen desde hace más de 30 años en un intento de reconocimiento oficial por la pérdida de sus allegados. Sin embargo, las autoridades turcas consideran que las muertes fueron el resultado de una guerra civil, junto con el hambre y las enfermedades.

Entre 1915 y 1916, bajo el gobierno de los Jóvenes Turcos
, en el Imperio Otomano y bajo la atmósfera de la Primera Guerra Mundial, se produjo una deportación forzosa de miles de civiles armenios en condiciones extremas. El obispo Grigoris Balakian declaró que "a algunas se las había maltratado de tal forma que eran meros esqueletos envueltos en harapos, con la piel correosa y quemada por el sol, el frío y el viento". Un ingeniero llamado Litzmayer presenció el suceso de la masacre, cuando avistó a una multitud de mujeres que avanzaba bajo la mirada de los soldados. Eran un total de 40.000 mujeres, todas ellas armenias, desposadas de sus hombres. La mayoría de sus esposos fueron degollados por los soldados turcos. Ellas fueron sometidas a violaciones y palizas constantes; ellos fueron asesinados.

El cierre de fronteras de Turquía

La cesión ilegítima de territorios armenios de Turquía a la antigua Unión Soviética se produjo con la firma del Tratado de Kars de 1922. A través del Tratado de Lausana de 1923, se puso fin a la Guerra de Independencia Turca y se establecieron las actuales fronteras turcas.

En 1991, Turquía reconoció la independencia de Armenia pero sin el establecimiento de relaciones diplomáticas. En 1993, con el conflicto de Karabaj y en señal de solidaridad con Azerbaiyán (islamico y de lengua turca) entonces en lucha con los separatistas armenios de Nagorno-Karabay, las autoridades turcas decidieron cerrar la frontera con Armenia.

Un acuerdo que no contempla el sufrimiento de las víctimas


Turquía y Armenia acercaron posiciones a través de la firma del nuevo acuerdo para establecer relaciones diplomáticas y reabrir la frontera. Tras muchas complicaciones y una postergación de tres horas en la rubricación, Hillary Clinton, junto con el jefe de Política Exterior de la Unión Europea (Javier Solana) y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia (Sergei Lavrov) ayudaron a superar los obstáculos en la reconcilación.

La entrada en vigor del acuerdo supone no sólo una mayor influencia de Turquía en el sur del Cáucaso, sino también determinadas ventajas económicas que se reflejan en la creación de un tránsito de petróleo y gas hacia Occidente. Del mismo modo, podría beneficiar la solicitud de Ankara en la entrada a la Unión Europea.


Este flujo de ventajas comerciales e intereses petrolíferes se produce sin la exigencia de Armenia de que Turquía reconozca el genocidio armenio de 1915. Una multitud de armenios se manifestó en Beirut ante el hotel donde se alojaba su Presidente para protestar en contra de este acuerdo. "No olvidaremos", "la historia de Armenia no está en venta". Consignas que mostraban sus pancartas.

La realidad es que actualmente, cerca de 5,6 millones de personas que se encuentran dispersas en RUsia, Estados Unidos, Francia y Líbano constituyen los descendientes de los armanios que perecieron en manos de los turcos en 1915. Obama, en su reconocimiento a la "llamada a la acción", vuelve a mostrar al pueblo armenio lo fallido de aquella promesa que realizó antes de ser electo. Actualmente, no utiliza la palabra "genocidio" para describir lo que sucedió en otoño de 1915.