El populismo punitivo arrasa en España

Universidad Carlos III de Madrid. Salón de Grados. 13.00 horas. Ponencia "La construcción social de la imagen del delito y de la cárcel". Una pequeña sala donde expertos de áreas diferentes se reúnen en torno a una Mesa. El objetivo: explicar a los alumnos la influencia de los medios en la regulación de las penas en España. Se habla sobre Derecho Penitenciario. La mayoría de los asistentes escuchan atentos para la consecución de un crédito de humanidades, necesario para la obtención de sus títulos.

Dos periodistas invitados explican cómo tratan los medios de comunicación las detenciones, la condena de personas y la situación de los presos, una vez que han ingresado en prisión. Ignacio Escolar, profesional del diario "Público" declara que "determinadas penas se imponen de forma automática, los periodistas siempre tienden a usar en los medios los términos presunto o pequeña. Esto lleva a abusos y a errores. Existe un trapicheo de la información. La dictadura de la audiencia convierte estas noticias en las más vendidas. El poder de la audiencia va a más y va haber más veneno". Por último añade que "me parece peligrosa la tendencia que existe de aumentar las penas, porque la razón de la cárcel es la rehabilitación".
La exposición que realizó este periodista se ajusta absolutamente a una realidad desvirtuada que marcan los medios y provoca el aumento de una alarma social en la equivocada percepción de que el sistema español no es lo suficientemente punitivo. El uso de conceptos como presunto no hace justicia a la regulación que contiene la Constitución Español de 1978, ya que presunto culpable como tal no existe, tan solo se es presunto inocente, hasta que a través de procedimiento, medios y pruebas lícitas no se demuestre lo contrario.

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Pedro Simón, periodista de "El Mundo", no confía en su improvisación y con papel en mano, se dispone a leer un discurso previamente elaborado. Humildemente comparte con los alumnos que "los medios fijan las prioridades legislativas, construyen la realidad. Son responsables de que la ciudadanía crea que el sistema punitivo español no funciona". Mediante una frase con tono irónico, representa ante todos lo que su opinión profesional le merece el tratamiento de los medios en esta área de la realidad: "nos mean y la prensa dice que llueve".

Expertos en derecho penal hablan

Antonio Moreno es Fiscal de la Sala Segunda del Tribunal Supremo y lo primero que admite es que "el Código Penal está llegando a su adolescencia, con 14 años. Necesita una urgente dieta para adelgazar". A través de una metáfora del cuento de Blancanieves expone a los alumnos que "el legislador tiene una obsesión de que con las leyes penales se solucionan los conflictos, es un gobierno a través del delito. La ley es barata y vende titulares".

Jacobo Dopico, profesor titular de la Universidad Carlos III de Madrid, imparte Derecho Penitenciario. De forma tajante y preocupada expresa que "en dos décadas de 30.000 presos se han pasado a 70.000. España es el país de Europa occidental que más población penitenciaria tiene [en], sin que se dé un incremento de la criminalidad relevante, a diferencia de lo que acontece en Italia, Luxemburgo... La violengia de género se incrementa porque se persigue masivamente (indica a través de un gráfico). Los homicidios dolosos y los asesinatos disminuyen. Sube la tasa de robo con fuerza en viviendas. Cada persona que entra en prisión lo hace por más tiempo, la razón es que hasta hace una década la mercancía penal no estaba dentro del mercado electoral. Los políticos se aprovechan. Sólo existe un programa político-básico: Lo que aparece en los medios incide en el aumento de la pena".

La realidad mediática

A pesar del interés que despierta la rotundidad y la sinceridad con la que hablan los exponentes, la gran mayoría de los asistentes no se hallan especialmente interesados en el tema, sino en conseguir apuntes para elaborar un trabajo que deben presentar para obtener el crédito de humanidades que requieren. El reflejo de la sociedad en este tipo de actitud es claro, la inconsciencia de una mayoría respecto a la situación real de la regulación de las penas en España. La complejidad del Código Penal y una regulación excesivamente alta de las penas.

La tendencia actual: subir las penas y calmar la alarma social. Los medios sociales, como agentes de la cohesión social, tienen la obligación de reflexionar sobre la actitud que prestan ante determinadas situaciones. El tratamiento que brindan en casos como Madeleine, Marta del Castillo... despierta reacciones que presionan al poder legislativo, ejecutivo y judicial , que guiados por temor a lo que suceda en las próximas elecciones, en vez de por la racionalidad y la serenidad, atienden al sufrimiento exclusivo de las víctimas. La configuración de la agenda periodística, ha de ser leal a sus principios y aunque el daño que se les ha ocasionado a los perjudicados es importante y ha de tenerse en cuenta, no puede servir de base exclusiva para informar a toda la sociedad.



Nada se olvida en Chechenia

Los datos registrados por muertes, en favor de la independencia y a través del uso del terrorismo en el Norte del Cáucaso ruso son, alarmantes. En agosto, en un atentado suicida con coche bomba en la localidad de Ingushetia, 25 personas resultan muertas y un centenar heridas. En septiembre, un Kamikaze pierde la vida en Grozni, capital de Chechenia. Al mes siguiente, 20 miliaciones chechenos fallecen en una operación especial de la policía rusa. En diciembre, un grupo islámico, bajo la reivindicación de la controvertida independencia de este territorio, se ha atribuido la responsabilidad del descarrilamiento de un tren en Rusia, con el fatal resultado de 26 nuevas muertes.
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El origen de este interminable conflicto entre Chechenia y Rusia persigue a miles de ciudadanos que en su día a día se ven afectados por incursiones policiales, atentados suicidas, coches bomba, registros domiciliarios, asesinatos de activistas y abogados en defensa de derechos humanos... una lista de obstáculos que también resulta ser infinita. La desintegración de la Unión Soviética y el nuevo mapa político-estratégico que dibujó Stalin, ha provocado conflictos entre numerosas naciones que a día de hoy aún no se han solucionado. Osetia del Sur y Abjasia reclaman la independencia de sus territorios al Estado georgiano, quien se niega a reconocerlo y cuya oposición le enfrente a la gran Rusia, que paradójicamente a favor de la independencia de aquellos se aferra a negarle tal derecho a Chechenia.

El inicio de la brutalidad

En la obra "Basta de Mentiras" de John Pilger, el reportaje "Chechenia: Una guerra sucia 1999-2002" escrito por la periodista Anna Politkovskaya, que en el año 2006 sería asesinada, demuestra la brutalidad ignorada por Occidente en este territorio y el poder de altas autoridades, que se traduce en la impunidad ante manifiestas violaciones de derechos humanos. En el elaborado trabajo del que fue testigo directa, se relata la denuncia de la acción rusa por organizaciones defensoras de derechos humanos y, a pesar de la existencia de una condena, la participación de Putin en el Consejo de Europa, signatario del Convenio Europeo para la Protección de Derechos Humanos y responsable ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.


En 1994 comenzó la guerra entre los dos territorios, y tras un acuerdo alcanzado en 1996 por el entonces presidente Yeltsin, el 1 de octubre de 1999 las fuerzas rusas atacaron nuevamente Chechenia. Putin desarrolló una "campaña antiterrorista", vinculando al terrorismo internacional y a Osama Bin Laden, el estallido de unas bombas que provocaron 200 muertes en Moscú. Sin embargo, no se ha demostrado que fueran los chechenos quienes cometieron tal atrocidad. Esta campaña provocó la masificación de personas en campamentos de refugiados. Anna Politkovskaya afirma en el reportaje que "aunque se ha declarado el fin oficial de la guerra, los soldados rusos continúan disparando a civiles sin motivo aparente. La tortura es moneda corriente, han desaparecido dos mil civiles y los más probable es que los rusos no tengan que pagar sus excesos. El maltrato a la población civil ha engendrado una cultura de la venganza: los rebeldes están reconstruyendo sus filas con nuevos reclutas de familias diezmadas".
A pesar de las numerosas denuncias de violaciones de derechos humanos perpetradas, lo cierto es que "Putin se convirtió en el hombre de Washington y Londres, y a cambio recibió carta blanca en la conflictiva Chechenia"

Una guerra que no produce indiferencia en todos

Natalia Estemírova, el 15 de julio de 2009, jefa de la filial de la organización Memorial de Chechenia. Zaremá Saduláyeva y su marido, 11 de agosto de 2009, activistas de derechos humanos en la sede de Unicef de Grozni. El periodista Malik Ajmedílov, 11 de agosto de 2009, corresponsal del periódico Hakikat (La verdad).

Todas las balas usadas para producir la muerte de estas personalidades y los coches donde se han encontrado sus cuerpos apuntan indirectamente a altos dirigentes: Ramzán Kadírov, líder checheno y Dimitri Medvédev, Presidente de Rusia, cuyas declaraciones provocan desconfianza en los activistas.

Detrás de estos hechos se oculta una verdad. El alzamiento de la voz contra un poder que usa fines ilícitos y atroces para la consecución de sus fines. Un alzamiento que puede ser acallado por el impacto de una bala, pero cuya capacidad se aleja de ocultar la huella de una barbarie impresa en la perspectiva histórica de una civilización, a priori democrática.